Irene Dalmases entrevista Serge Basso, autor d’«El revers de l’arena» EFE/La Vanguardia

6 juliol, 2016

Font: Irene Dalmases / La Vanguardia

400ArenaBarcelona, 2 jul (EFE).- Director del centro cultural alternativo Kulturfabrik en la población luxemburguesa de Esch-sur-Alzette, Serge Basso de March es también un escritor francés, hijo de italianos, que ha publicado El revers de l’arena, donde con su particular prosa poética mira hacia el pasado.

En una entrevista con Efe, Basso de March, cuyas obras se han traducido a diferentes lenguas y que ahora se puede leer en catalán de la mano de Edicions de 1984, considera que llega un momento en la vida de un autor en el que “debe girar y mirar hacia su pasado, afrontándolo”.

En su caso, pasados los cincuenta años, -ahora cuenta con 56-, puso el foco en sus primeros años de vida en la ciudad de Verdún, muy marcada por la batalla más larga de la Primera Guerra Mundial, y negro sobre blanco “a partir de recuerdos muy precisos he reconstruido pequeñas escenas poéticas, porque no quería una biografía banal”.

Asimismo, ha querido ofrecer a sus seguidores unos textos, una suerte de estampas, “como soy yo, alguien un poco al margen”, hijo de un obrero italiano, que se trasladó a trabajar a Francia.

El lector que se enfrente a su obra, que puede verse como un híbrido entre unas memorias al uso, una narración, una crónica o el testimonio de una determinada realidad europea, tanto conocerá el ritual de su padre a la hora de afeitarse como sus confesiones ante un cura.

Asimismo, en una de las entradas, Serge Basso de March deja consignado que su infancia en Verdun “está inscrita en un cielo inocente perforado de bayonetas”, y que su faro “se levantaba hacia los vidrios de un osario donde unos cráneos nos hablaban de la negación de la sangre”.

Asevera el escritor, que también es autor teatral de la literatura luxemburguesa en lengua francesa, que “la poesía nunca está desconectada ni de la vida social, ni de la vida cultural, ni personal de cada uno de nosotros”.

A la vez, defiende, contundente, que cualquier hecho “puede ser pretexto de escritura”.

Serge Basso de March, también director de la revista Transkrit y quien se encuentra involucrado en el desarrollo cultural transfronterizo (entre Alemania, Bélgica, Francia y Luxembrugo), opina que para un niño “Verdún es una ciudad muy difícil de llevar”.

Rememora que cuenta con unos 25.000 habitantes y cada verano se llena de gente que “viene a ver el horror que fue la guerra de 1914”, un conflicto “siempre presente en nosotros, puesto que en los bosques cercanos encontrábamos balas y otros objetos militares, incluso algún cadáver”.

“En invierno -prosigue- es un lugar muerto y en verano se llena de turistas, un lugar abrumador, una ciudad de provincias con toda la miseria que puede tener, pero con un peso internacional. Todas las ciudades de Francia tienen una calle dedicada a Verdún y otra al general De Gaulle”, apostilla.

Respecto a su opinión de la actual Europa, indica que la vive “no como una federación de naciones, sino de pueblos”, y agrega que “el futuro, la supervivencia de los individuos debería estar basada en el mestizaje”.

Europa, a su juicio, tiene todas las cartas para conseguirlo “porque hay diversidad y la posibilidad de encontrarse”. “Me siento -agrega- profundamente europeo y combato por esta Europa desde la cultura”.

En este punto, se detiene y comenta que para las exposiciones o las actividades del Kulturafabrik siempre busca artistas “de todas partes e intento que haya un encuentro entre ellos, entre esta diversidad”.

Sobre Luxemburgo, un país al que se desplaza a diario desde Francia, no esconde que es un lugar que hasta el año pasado fue paraíso fiscal, pero también “es un país donde la libertad es auténtica, de lo contrario la Kulturafabrik no podría existir”. EFE

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